Recibido en alergiaoriental@gmail.com
Acabo de visitar su blog, y lo cierto es que lo he hecho por medio de la invitación de la que hasta este momento ha sido mi pareja.
Sin entrar ni ahondar mas en mi vida privada, que no es el tema, he de decirle dos cosas:
1- Comparado con usted, yo solo soy un mero quejica, dado a que llevo solo “compartiendo” esta afición dos años, intensos, profundos pero en definitiva sustancialmente menos tiempo que usted.
2- Esta tendencia a la damnificación, creo y corríjame si me equivoco, se debe a que como buenos calzonazos, apoyamos en esta actividad a nuestras correspondientes e ilusionadas pajeras dando en algunos casos, situaciones esperpénticas y aberrantes que aceptamos con una sonrisa perpleja y una mirada atónita.
No pretendo ser melodramático. Estoy encantado de que practique esta actividad, que le llene, mas bien que “nos” llene, pero lo cierto es que algunas veces dan lugar situaciones un poco embarazosas.
Una de mis experiencias, tengo muchas como usted seguramente, fue el hecho de que algunas veces, en sus actuaciones, dado a que ella tiene ya cierto nivel en esto y es profesora, fui a ayudarle a poner música y asistirle en lo que necesitara, como un buen amante/calzonazos que se preste.
Por aquel entonces apenas conocía a mucha gente de su gremio, y de sus amistades que poco a poco iban sumándose a esta endiablada actividad. Rodeado de toda esta gente que me trataba por aquel entonces, con la falta de confianza adosada, de muy buenas formas y con un grado alto de confianza, me permitieron en el local donde actuó poner la música.
En este local había mucha gente, chicas que no practicaba pero que estaban enganchándose en ese momento, otras que si practicaban y chicos/hombres que muy bien encajarían en este blog. Bueno el caso es que yo estaba metido en un cuartillo donde estaba el ordenador e iba cambiando de CD en función de la pista de música que tenia que colocar. Lo cierto es que este cuarto estaba al lado del salón donde se actuaba y aparte de la puerta había una ventana que daba al mismo sitio.
Esa noche no solo actuaba mi pareja, sino también algunas de sus alumnas. Daba la casualidad de que la ventana daba justo a la parte interior de una mampara donde se cambiaban las chicas. Juro que ese dato lo desconocía por completo. Lo cierto es que mientras mi pareja estaba terminando bailar y yo estaba apunto de parar el CD, de repente por el reojillo, vi como una de las alumnas, a la que también les estaba poniendo la música en sus actuaciones, me miraba con cara de perplejidad/susto/vergüenza mientras se tapaba sus pechos. Lo único que pude hacer para salvaguardar mi honestidad y su vergüenza fue echarme al suelo, de tal manera que me golpee en el pecho con la torre del ordenador.
Gracias a dios no paso nada, y al parecer mi cara fue tal que la chica no paro de reírse en un buen rato.
En fin, espero con esto contribuir a este blog en alguna manera. Un saludo a todos los damnificados y a alergiaoriental por esta vía de escape.
jueves, 13 de diciembre de 2007
Testimonio anónimo
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testimonios
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