viernes, 16 de noviembre de 2007

Diario de un damnificado Cap.4

El titulo de hoy podría ser... "El día en que mi pareja cambió de nombre"

Y es que uno no se hace al cambio. Hace poco todo el mundo la llamaba por su nombre normal y ahora casi todo el mundo lo hace por su nombre "friki". No logro recordar como llegó a autobautizarse aunque si que recuerdo que se pasó varios días rebuscando en internet, cogiendo nombres de otras bailarinas, mirando diccionarios de árabe, preguntando a conocidos y rellenando un folio con mil y una combinaciones (bailarina,luna,luz,estrella,brisa,alegria).
Desde aquel día se me hace rarísimo escuchar como la gente la llama por el nuevo nombre... Vaya, yo comenzé a salir con Pepita y ahora resulta que estoy con una tal Alisha. Tócate los huevos ¬¬ .Alisha ¿Me haces una tortilla? :/ como que no.

Bueno el caso es que ya no puedes hacer nada (mmm tengo que sacar un post con ideas para evitar este autobautizo), debes asumir que su nombre ha cambiado y o haces como yo y te resistes o te unes a la tendencia y cedes al lado oscuro. Al menos siempre sabes que por instinto va a reaccionar ante su nombre real.

Lo mejor es cuando se juntan con otras tres o cuatro frikis y empiezan a preguntarse... ¿Tu quien ereh? yo? Aisha y tu? yo Narnith, encantada ... Y vas tu por la calle y ellas llamándose unas a otras que hasta la gente las mira raro pero bueno, creo que uno de los efectos secundarios de la danza oriental debe ser la perdida total de verguenza. El trauma viene cuando despúes de un año de amigas se dan cuenta de que aun no se saben los nombres reales. Jojojo como disfruto sacando nombres reales en conversaciones del mundillo oriental.

En fin, el autobautizo creo que es inevitable. El único consejo que puedo daros es que tratéis de seguir usando su nombre real para que siga atada a la realidad... No sea que se nos meta en matrix.

Nota: todos los nombres usados son ficticios, cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia