lunes, 29 de junio de 2009

Diario de un damnificado Cap. 22

Yo ya lo sabía. Era una crónica de una muerte anunciada. Fin de semana, mañana previa al fin de curso de alumnas. Casualmente se reunen todas en mi casa para ultimar detalles 10 horas antes del evento... Y yo me pregunto ... ¿Cómo carajo se me ocurrió a mi la brillante idea de quedarme en casa viendo la última peli que me había agenciado?... Lo dicho. Nunca debí quedarme ese día en casa.

Me despierto una mañana soleada de domingo, genial, hoy no tengo nada que hacer, me voy a tirar el día entero tirado en el sofá. Me he descargado unos cuantos capítulos de Big Bang Theory y ayer me compré la peli en DVD de Ironman. Esto promete.

- ¡Amoooooooor!, dentro de un rato van a venir unas amigas que tenemos que ensayar y terminar unas cositas para lo de esta noche.
- ¿Esta noche?
- Si, esta noche bailamos y tienes que venir a grabar. No se te olvide.

Primer aviso y yo como un carajote asiento y me acomodo más aun en el sofá. Darme un paseito esta noche a grabar un rato me ayudará a despejarme un poco. Genial.

- ding dong. (Llaman a la puerta)

Sube una.

- din dong. (Llaman a la puerta de nuevo)

Suben dos.

Esto se repite varias veces hasta que por arte de magia tengo a mas de 12 nenas dando vueltas por la casa. Segundo aviso. Y yo como un carajote me limito a cerrar la puerta del Salón. Iluso. Como si la puerta fuera una especie de escudo mágico de protección.

Empieza el horror. Trompetas. ¿Diooosss que es eso? Que es esa especie de trompetilla infernal oriental que deben tocar al menos 500 árabes sordos ... Porque otra cosa no pero buen oído no pueden tener tocando un instrumento con un sonido tan tan tan estridente. Vamos que parecen herederas de las trompetas de Jericó. Tercer aviso. esa canción de apenas 5 minutos se repite ciclicamente hasta el infinito a toda pastilla. Iluso de mi, me limito a subir el volumen al televisor.

- ¡Amoooor!, vamos a pedir unas pizzas. ¿Me haces el favor de llamar tu?

Cuarto aviso. ¡Huye insensato!. Pido 5 pizzas familiares, casualmente a al vez que el repartidor suben dos nenas mas. Una trae máquina de coser. Empiezo a plantearme como entra tanta gente en una habitación. Pero bueno... sigo a lo mio.

- Nene ... Me tengo que venir a aquí a coser unas cosas que es la única mesa en la que entra la maquina de coser.

Quinto aviso. Comienzan de nuevo a sonar las trompetas del apocalipsis de fondo unidos a la tortura del a maquina de coser cogiendo dobladillos de faldas. Bueno... voy al servicio y me quito un poco del medio. Paso por el pasillo y me cruzo con una nena en sujetador. Toma alegría.
Vuelvo al salón me siento en el sofá justo en el momento que la nena que se está probando una falda pierde unos alfileres y ¡ZAS! nena en tanga en el salón. La pobre... jejeje.

Quien me manda a mí quedarme aquí. Me mandaron a comprar imperdibles un domingo por la tarde. luego tuve que ir a comprar botellas de agua, hacer un par de viajes con el coche para llevar las cosas que llevaban y a algunas de ellas. Luego grabando como un idiota de pie y con el brazo en alto durante dos horas. recoge todo, vuelve a hacer dos viajes. Y todo para llegar a casa y ver la macropocilga que me habían montado entre telas, comida, maquillajes, ropa ... omá.

Sirva esto como consejo para cualquiera que me esté leyendo. Tienes que aprender a ver las pistas, los avisos y saber en que momento debes ¡Salir corriendo!. Si no lo haces estarás perdido.